sábado, diciembre 27, 2003
viernes, diciembre 26, 2003
martes, diciembre 23, 2003
lunes, diciembre 22, 2003
domingo, diciembre 21, 2003
jueves, diciembre 18, 2003
miércoles, diciembre 17, 2003
lunes, diciembre 15, 2003
domingo, diciembre 14, 2003
martes, diciembre 09, 2003
jueves, diciembre 04, 2003
lunes, diciembre 01, 2003
domingo, noviembre 30, 2003
No nos satisface del todo la superficie de las cosas, su desnudez casi ofensiva, y entonces la cubrimos con los velos de nuestras obsesiones, con los ropajes a menudo espesos de nuestras expectativas, hasta volverlas, sólo por ese proceso de recubrimiento, en algo deseable y misterioso, en una realidad vestida.
jueves, noviembre 27, 2003
Un obra que enviamos a la imprenta puede parecer a los demás redonda y acabada ya que se la juzga con la misma distancia con la que juzgamos la vida de los muertos. Pero para uno mismo esa obra, como la propia vida antes del retoque de la muerte, era algo imperfecto, vacilante, un lugar donde todavía reinaba la promesa.
lunes, noviembre 24, 2003
lunes, noviembre 17, 2003
miércoles, noviembre 12, 2003
sábado, noviembre 08, 2003
jueves, noviembre 06, 2003
lunes, noviembre 03, 2003
jueves, octubre 30, 2003
miércoles, octubre 15, 2003
martes, octubre 07, 2003
lunes, octubre 06, 2003
sábado, septiembre 27, 2003
viernes, septiembre 26, 2003
jueves, septiembre 25, 2003
miércoles, septiembre 24, 2003
lunes, septiembre 22, 2003
sábado, septiembre 20, 2003
viernes, septiembre 19, 2003
jueves, septiembre 18, 2003
miércoles, septiembre 17, 2003
martes, septiembre 16, 2003
sábado, septiembre 13, 2003
jueves, septiembre 11, 2003
miércoles, septiembre 10, 2003
lunes, septiembre 08, 2003
domingo, septiembre 07, 2003
sábado, septiembre 06, 2003
jueves, septiembre 04, 2003
miércoles, septiembre 03, 2003
lunes, septiembre 01, 2003
lunes, agosto 25, 2003
domingo, agosto 24, 2003
jueves, agosto 21, 2003
martes, agosto 19, 2003
lunes, agosto 18, 2003
miércoles, agosto 13, 2003
lunes, agosto 11, 2003
lunes, agosto 04, 2003
sábado, agosto 02, 2003
domingo, julio 27, 2003
viernes, julio 25, 2003
jueves, julio 24, 2003
miércoles, julio 16, 2003
domingo, julio 13, 2003
viernes, julio 11, 2003
jueves, julio 10, 2003
miércoles, julio 09, 2003
martes, julio 08, 2003
lunes, julio 07, 2003
domingo, julio 06, 2003
sábado, julio 05, 2003
jueves, julio 03, 2003
miércoles, julio 02, 2003
martes, julio 01, 2003
lunes, junio 30, 2003
sábado, junio 28, 2003
viernes, junio 27, 2003
miércoles, junio 25, 2003
martes, junio 24, 2003
domingo, junio 22, 2003
sábado, junio 21, 2003
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domingo, junio 15, 2003
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jueves, junio 12, 2003
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lunes, junio 09, 2003
viernes, junio 06, 2003
miércoles, junio 04, 2003
lunes, junio 02, 2003
domingo, junio 01, 2003
miércoles, mayo 28, 2003
jueves, mayo 15, 2003
miércoles, mayo 14, 2003
jueves, mayo 08, 2003
miércoles, mayo 07, 2003
martes, mayo 06, 2003
viernes, mayo 02, 2003
Guarumo
(Primer sábado de mayo, día mundial de la yerba)
Ciertas plantas nos atraen mediante esa flor imperfecta que llamamos alucinación.
* * *
La seducción del vicio consiste en hacernos creer que hemos sido vencidos por sus encantos, cuando somos nosotros quienes espontáneamente nos hemos dirigido hacia él.
* * *
De iniciadora en los misterios, como en Eleusis, la droga ha descendido a mero carburante.
* * *
El rostro se convierte en espejo de nuestros vicios, pero rara vez de nuestras virtudes.
* * *
¿Cómo saber si ya hemos cruzado la puerta de la perdición?
* * *
Plantas y elíxires que nos mantienen de pie, como si se trataran de muletas y báculos.
* * *
La conciencia tiene el poder de arruinarlo todo. Apenas somos conscientes de nuestra respiración, ésta se vuelve trabajosa y deforme.
* * *
Lo incomprensible es uno de los pilares de la conciencia. La lucidez, la sensación de lucidez, cuando se vuelve o demasiado penetrante o demasiado permanente, termina entregándose al horror, al descreimiento o al asco.
* * *
La cercanía de un hombre ebrio contagia de embriaguez a todo lo demás.
* * *
La hilaridad es la forma más alta de no perder el hilo.
* * *
Interrumpir bruscamente un vicio supone un esfuerzo más grosero que mantenerlo en esos niveles que sólo nos reportan placer.
* * *
Algunos prefieren visitar el abismo cómodamente, y optan por la escalera.
* * *
Tan peligrosas y dañinas como las corrientes de aire frío son esas tardes en que nos refugiamos frente a la chimenea, en un mullido sillón y con la compañía de un sedante. Dejan afónica la voz de la conciencia.
* * *
La resignación frente a las propias debilidades es el peldaño de una escalera que no sabemos si sube o si baja.
* * *
Esos escasos momentos en que intuimos que la conciencia y los instintos están conviviendo, pero en los que —sospechamos— no tienen nada ya que decirse.
* * *
La droga es la polilla que se aloja en nuestro cerebro. Crea nuevos pasadizos y galerías en la materia gris, ya que las circunvoluciones y los hilos naturales de los nervios no bastan para poner en comunicación sus distintas regiones.
* * *
Lo monstruoso, más que engendro de la imaginación, es una superstición del recuerdo.
* * *
De vuelta a la sobriedad las cosas se presentan con tal altanería…
* * *
Del mismo modo que, en pintura, es gracias a las sombras que los rostros y los objetos resplandecen, los defectos y los vicios son los que dan realce a la personalidad.
* * *
Incluso el vicio más abyecto supone virtudes como la perseverancia.
* * *
Los propósitos que uno se hace en medio de las sábanas (especialmente cuando la una de la tarde nos amonesta con severidad desde el reloj) son inusualmente osados, sospechosamente briosos.
* * *
El vicio se ensaña con nosotros cuando comprende que no estamos a su altura.
(Primer sábado de mayo, día mundial de la yerba)
Ciertas plantas nos atraen mediante esa flor imperfecta que llamamos alucinación.
* * *
La seducción del vicio consiste en hacernos creer que hemos sido vencidos por sus encantos, cuando somos nosotros quienes espontáneamente nos hemos dirigido hacia él.
* * *
De iniciadora en los misterios, como en Eleusis, la droga ha descendido a mero carburante.
* * *
El rostro se convierte en espejo de nuestros vicios, pero rara vez de nuestras virtudes.
* * *
¿Cómo saber si ya hemos cruzado la puerta de la perdición?
* * *
Plantas y elíxires que nos mantienen de pie, como si se trataran de muletas y báculos.
* * *
La conciencia tiene el poder de arruinarlo todo. Apenas somos conscientes de nuestra respiración, ésta se vuelve trabajosa y deforme.
* * *
Lo incomprensible es uno de los pilares de la conciencia. La lucidez, la sensación de lucidez, cuando se vuelve o demasiado penetrante o demasiado permanente, termina entregándose al horror, al descreimiento o al asco.
* * *
La cercanía de un hombre ebrio contagia de embriaguez a todo lo demás.
* * *
La hilaridad es la forma más alta de no perder el hilo.
* * *
Interrumpir bruscamente un vicio supone un esfuerzo más grosero que mantenerlo en esos niveles que sólo nos reportan placer.
* * *
Algunos prefieren visitar el abismo cómodamente, y optan por la escalera.
* * *
Tan peligrosas y dañinas como las corrientes de aire frío son esas tardes en que nos refugiamos frente a la chimenea, en un mullido sillón y con la compañía de un sedante. Dejan afónica la voz de la conciencia.
* * *
La resignación frente a las propias debilidades es el peldaño de una escalera que no sabemos si sube o si baja.
* * *
Esos escasos momentos en que intuimos que la conciencia y los instintos están conviviendo, pero en los que —sospechamos— no tienen nada ya que decirse.
* * *
La droga es la polilla que se aloja en nuestro cerebro. Crea nuevos pasadizos y galerías en la materia gris, ya que las circunvoluciones y los hilos naturales de los nervios no bastan para poner en comunicación sus distintas regiones.
* * *
Lo monstruoso, más que engendro de la imaginación, es una superstición del recuerdo.
* * *
De vuelta a la sobriedad las cosas se presentan con tal altanería…
* * *
Del mismo modo que, en pintura, es gracias a las sombras que los rostros y los objetos resplandecen, los defectos y los vicios son los que dan realce a la personalidad.
* * *
Incluso el vicio más abyecto supone virtudes como la perseverancia.
* * *
Los propósitos que uno se hace en medio de las sábanas (especialmente cuando la una de la tarde nos amonesta con severidad desde el reloj) son inusualmente osados, sospechosamente briosos.
* * *
El vicio se ensaña con nosotros cuando comprende que no estamos a su altura.