jueves, enero 30, 2003

Mujeres presurosas las de hoy, que no tienen ni la cortesía de ser groseras.
Esas palmaditas en la espalda que siempre logran, como quizá se proponían, hacernos sentir mal.

miércoles, enero 29, 2003

La rabia es un bien demasiado preciado como para derrocharse en escupitajos espumosos.
Dos hilos que se encuentran acaban invariablemente en embrollo.
Las repugnancias espontáneas pueden resultar injustas, pero nos confiamos a ellas como si se trataran de lazarillos juiciosos.
En medio de la tormenta, el capitán del barco se acicala para el momento de no abandonar la nave.
La prerrogativa de cada época es la de ser la peor.
Las convicciones se parecen al limo de las aguas quietas. Ya no dejan pasar la luz.
La paciencia humana puede soportarlo casi todo; excepto el panorama de un mismo plato de sopa.

martes, enero 28, 2003

Basta el zumbido nocturno de un mosquito para la postulación del Infierno.

lunes, enero 27, 2003

A través del ojo de cerradura se alcanza a distinguir al último faquir, tendiéndose meticulosamente sobre su cama de hisopos.
Me siento como el ventrílocuo que al sentar al titino en sus rodillas cree oír voces.