miércoles, septiembre 01, 2004

Tropezarse, fallar, decir estupideces. Con frecuencia el desliz hace más tolerables a los hombres.

jueves, agosto 26, 2004

Hay trayectos de la droga que nos echan en cara nuestra mala condición espiritual.

lunes, agosto 16, 2004

Las caras opuestas y complementarias de una moneda no son en verdad la misma sino hasta que la lanzamos al aire para decidir nuestro futuro.

jueves, agosto 12, 2004

Una idea mil veces repetida se desgasta al mismo tiempo que se robustece. Puede llegar a ser tan odiosa como una muletilla, pero se impone ante nosotros con la autoridad de una presencia.

martes, agosto 10, 2004

Sólo en el presente podemos encontrar un remanso para la indestructibilidad abrumadora del presente.
Quizá lo que llamamos inspiración es sólo una variación en la temperatura de la mente. Esos centígrados de más (o de menos) en que las cosas se vuelven plásticas, moldeables.

lunes, agosto 02, 2004

Así como el agua invade los orificios de una superficie, y la materia se acumula en las grietas y las depresiones, el hombre muestra predilección por hundirse cada vez más en su agujero.

lunes, julio 19, 2004

Aun la cuerda floja puede resultar un laberinto para el que duda.

viernes, julio 16, 2004

Cómo saber si no es más sabio el hombre que espanta con gesto distraído las viejas inquietudes metafísicas del mismo modo que lo haría con unas mosquitas púberes.

jueves, julio 15, 2004

Las astillas dispersas de un leño inexistente pueden producir en nuestra cabeza mayor efecto que un mazazo.
Para que otros vean lo que uno quiere hacerles ver, desde la perspectiva exacta y el ángulo apropiado, muchas veces es necesario quitarse de en medio.

lunes, julio 12, 2004

Las palabras marcan el fracaso del gesto o, si se quiere, su deformación. Nada que pueda expresarse nítidamente con el cuerpo debería probar suerte en la esfera de la lengua. Son esfuerzos que casi siempre producen una impresión lastimosa, semejante, digamos, a la de quien intenta explicar con una fórmula química el perfume de la guanábana.

miércoles, julio 07, 2004

Los estorbos en el camino, las desviaciones y los atascos son criaturas del atolondramiento. A otros ojos esos impedimentos bien podrían parecer las ondulaciones del trayecto.
Aun en la tabula rasa es posible reconocer el dibujo de las vetas, y más abajo corren los túneles de las polillas.

viernes, julio 02, 2004

Los amigos ya muertos, los que ya nunca frecuentamos, cada día se vuelven más familiares y entrañables. En cambio nos separa una membrana —a veces una callosidad— de quienes vemos todos los días, una membrana de extrañeza.

miércoles, junio 30, 2004

La escritura es una forma de ir al encuentro de lo que uno piensa, pero todavía no ha pensado del todo.
A nuestra imagen y semejanza creamos cosas mortales, perecederas, en declive. Un objeto es una larga agonía.

martes, junio 29, 2004

La conversación, que sigue las artes del silencio, está herida de muerte por tanto parloteo.
¿El burro girando en pos de la zanahoria fugitiva no advierte en ella la sombra inequívoca del látigo?

lunes, junio 28, 2004

Una vida dominada por la recta numérica. Por la idea primitiva de que en toda acotación, entre dos puntos cualesquiera —entre los extremos de esta línea, por ejemplo— se abre el infinito.
Las trompetas del Juicio Final quizá no han encontrado la partitura propicia.

viernes, junio 25, 2004

Una tercera pierna sería en nosotros sólo una forma de ancla.
Muchas veces la larva de una idea impresiona más que su desarrollo, y entonces clavamos un alfiler en su cuerpo para así capturar la posibilidad de algo distinto de la mosca y su fastidio habitual.
Cada viernes de estreno espero esa gran película sobre los perros callejeros.

martes, junio 22, 2004

Ser vistos es una forma elemental de sentirse vivo. Como si la miopía de los demás fuera un potente tónico.
Las expectativas terminan por cegarnos la mitad de la visión. Súbitamente tuertos, ya sólo miramos debilidades y flaquezas.
La flecha puede fallar. Pero incluso ese fracaso supone que el ojo ha ya dado en el blanco.

miércoles, junio 02, 2004

martes, junio 01, 2004

Durante la enfermedad uno está como nunca cerca de su cuerpo y alejado de sí mismo.

sábado, mayo 29, 2004

El cansancio de sí mismo es sólo la condena de mirar a través de un único ojo de cerradura.

domingo, mayo 16, 2004

La venda en el rostro de la justicia ya no puede ocultar por más tiempo que sus cuervos le han sacado los ojos.
Hay días en los que la predisposición a burlarme de mí mismo alcanza tal perseverancia y fuerza, y en los que la saña en la presión del dedo pulgar de mi infamia alcanza tal crueldad contra mi figura disminuida, que no puedo ocultar cierta sensación extraña de orgullo ante mi renovado poder.

miércoles, mayo 12, 2004

El tiempo pasa, las cosas se enfrían, y aquello que tanto ardor y empeño supuso, no es más que una comedia insulsa, de la que en su momento no supimos reír.

sábado, mayo 08, 2004

Después de vivir durante cierto tiempo en “constante estado de epigrama contra el prójimo” —según las palabras de Chamfort— la lengua termina agrietada por el fastidio, por el descreimiento; enroscada en sí misma, ya sólo escupe hacia adentro su veneno.

jueves, mayo 06, 2004

La presencia de un hombre alegre suele ser motivo de pesadumbre y murmuración y hastío, como si aguara la fiesta permanente de nuestra grisura.
Se ha perdido la vieja tradición de despedirse de este mundo con unas famosas últimas palabras (Villiers de L’Isle Adam, por ejemplo, dijo: “Bah, me acordaré de este planeta”). Ya sólo importa morir de forma plástica, patética, ruinosa.

miércoles, mayo 05, 2004

El agudo olfato de los prehomínidos se sacrificó a fin de que el cerebro tuviera espacio suficiente dentro de la caja craneana. Ahora el cerebro se sacrifica para dibujar en todo momento una sonrisa de satisfacción.
Todo lo que me aleja de la misantropía —cenas, cafés, cocteles— es un aliado en contra de mí mismo, que a la larga redunda en una misantropía más poderosa.

martes, abril 27, 2004

Procuro enemigos —siquiera la limosna de una ofensa, de un insulto gratuito—, para que mi rabia no se pierda en la delicuescencia.
En la forma de los objetos están ya sugeridos nuestros gestos, aun antes de que los hagamos propios. Una pipa o un bastón —unas pantuflas—, son algo más que objetos cotidianos: son ademanes. La condensación prefabricada de los estados de ánimo.

lunes, abril 26, 2004

A veces por no seguir descubriendo el hilo negro de cierta idea consabida, uno se encuentra con una madeja deshilachada en el centro de la cabeza, una bola amorfa hecha de retazos olvidados de hilo negro.
La idea fija se asienta en la cavidad del cráneo con las maneras del parásito. Pero una vez allí —afianzada y sonriente—, es el propio cerebro el que succiona de ella como una obesa larva.

miércoles, abril 21, 2004

Cuando uno no se dirige a ninguna parte todas las desviaciones son placenteras y, más aún, intachables.
Acostados pensamos mejor y más abundantemente. Al ponernos de pie hay algo que resbala de nuestras cabezas en beneficio de la acción, a la manera de un reloj de arena al que de improviso se le ha dado la vuelta.
La convicción de que todo punto en el que nos situemos puede ser el centro del universo, no pasa de ser una frase hueca si no se complementa con la convicción de que todo punto, en cualquier momento, puede ser asimismo el centro de la perdición.
Rara vez la queja obtiene por respuesta algo más que unas risitas sordas. Como si el movimiento rabioso de la lengua repercutiera siempre allí, en las plantas de los pies de la realidad.

lunes, marzo 01, 2004

En la carrera insensata por mortificar a nuestros semejantes, el libro debería ser una tregua y no un instrumento de tortura.

martes, febrero 10, 2004

Todavía no me acostumbro a la idea de que alzarse de hombros se haya convertido en un gesto crítico y contestatario.

domingo, febrero 08, 2004

Un pensamiento que vuelve demasiadas veces sobre sí mismo secretamente ciñe el nudo corredizo que acabará por asfixiarlo.
Vagar hasta el colmo de la desorientación y entonces, pero sólo entonces, quedarse completamente inmóvil sintiendo cómo el mundo gira convulsionado a nuestros pies.
Un bostezo genuino, en el momento oportuno, no deja de tener su dinamita.

viernes, febrero 06, 2004

Sólo nos queda convertirnos, tan pronto como sea posible, en una ruina, y entonces quizá perduraremos.

jueves, febrero 05, 2004

A veces es necesario ponerse a correr, a correr como un enloquecido por las calles, justo cuando sentimos que ése que no quisimos ser ya nos viene dando alcance.
Esa “ninguna parte” que promete toda utopía hay que comenzar a buscarla en la propia cabeza.

lunes, febrero 02, 2004

El papel higiénico debería ser de seda; no las corbatas.
Aun sin prestar atención a sus palabras un hombre sobre el templete es ya ensordecedor por su ruido corporal.

viernes, enero 30, 2004

La susceptibilidad despierta en nosotros, por generación espontánea, acaso por reciprocidad, pensamientos crueles. Es la anestesia suprema para cualquier intento de conciliación.

jueves, enero 29, 2004

Inútil repetir que la percepción de la belleza se altera con los años. Pero que se contorsione violentamente justo de después de la cena, parece un signo de nuestro vertiginoso tiempo.
Lo monstruoso no sólo es anomalía y deformidad. La repetición de una forma —como la un mismo árbol en el bosque— o la sucesión indiferenciada —como la de una gota sobre un mismo punto— tienen algo de gigantesco y terrible.

jueves, enero 22, 2004

Póngase cualquier objeto —así sea una obra de arte o un trozo ordinario de excremento— detrás de un telón o custodiado y bajo llave, y los hombres se arremolinarán intrigados. Póngase el mismo objeto sobre un pedestal, e inmediatamente se verá rodeado de animosidad y desprecio.

martes, enero 20, 2004

La mano que acaricia, como las palabras que alaban, encuentran muchas veces en el otro el pretexto para simplemente masturbarse.
Es curioso constatar cómo hay una serie de libros que, tras haber pasado inadvertidos o hasta despreciados por largo tiempo, de pronto nos invitan y nos hacen guiños; nos gritan, como los frasquitos a Alicia, "léeme", o, incluso a veces "róbame".

lunes, enero 19, 2004

El mayor hechizo de un rostro bello está en que a causa del deslumbramiento no logramos apresar sus detalles.
La furia eleva y acaso justifica la locura. ¿Qué sería de la insania sino fuera exaltada y rabiosa?

miércoles, enero 14, 2004

La historia de las invasiones tiene como constante el ensañamiento con las estatuas. Como si para humillar a un pueblo hubiera que desfigurar sus piedras.
Quizá la idea del paraíso en la Tierra como un lugar por alcanzar, como un punto de fuga hacia el cual desplazarse y conquistar, no es más que resultado de añejos desequilibrios entre los pies y la cabeza.

domingo, enero 11, 2004

Los obstáculos ofrecen la ocasión de descubrir en uno mismo capacidades insospechadas, como la de reconocer hasta qué punto nuestras debilidades y limitaciones son incorregibles.
Debemos el prestigio de la nostalgia a la imperfección de los recuerdos.

jueves, enero 08, 2004

Cada tarde el tedio nos recibe con sus tibios lengüetazos, al igual que un perro viejo al que hemos alimentado y al que a veces incluso acariciamos.

miércoles, enero 07, 2004

El bostezo, a la larga, resulta mucho más soportable —por lúcido y discreto— que la alharaca de la satisfacción o el gemido del inconforme.

martes, enero 06, 2004

La diversión es el correlato mental de la baratija; muy pronto procuraremos otra y otra y otra más hasta olvidarnos de ese objeto que alguna vez perseguimos.
La timidez, más que la locuacidad y la impudicia o las ansias incontenibles de befa, es la que nos condena a la majadería.

lunes, enero 05, 2004

Observo que el gesto infantil de taparnos la cara con las manos es sustituido con el paso de los años por una sonrisa imbécil.

domingo, enero 04, 2004

De pronto te toca en suerte la parte del acreedor, le prestas dinero a alguien y por casualidad lo vuelves a encontrar tiempo después, avergonzado. Lo extraño es que tú también agachas la cara y pasas de largo, como si de algún modo estuvieras en deuda con él.
La inclinación por destruir quizá se explique por nuestra debilidad frente al estallido. El fragor de lo frágil quebrándose en miles de astillas nos deleita por lo que tiene de imprevisible y de sinfónico. ¿Qué sería de la destrucción en un mundo de sordos?
Las huellas de los pies sobre la tierra traen recuerdos sonoros.