domingo, noviembre 30, 2003
No nos satisface del todo la superficie de las cosas, su desnudez casi ofensiva, y entonces la cubrimos con los velos de nuestras obsesiones, con los ropajes a menudo espesos de nuestras expectativas, hasta volverlas, sólo por ese proceso de recubrimiento, en algo deseable y misterioso, en una realidad vestida.
jueves, noviembre 27, 2003
Un obra que enviamos a la imprenta puede parecer a los demás redonda y acabada ya que se la juzga con la misma distancia con la que juzgamos la vida de los muertos. Pero para uno mismo esa obra, como la propia vida antes del retoque de la muerte, era algo imperfecto, vacilante, un lugar donde todavía reinaba la promesa.