domingo, noviembre 30, 2003

La nada no puede tener duración; es la larga línea de la monotonía perfeccionada en un punto; el imperio de lo infinitesimal que a nosotros nos llama y nos subyuga justo cuando el tiempo se ha vuelto sólido, viscoso, intolerablemente presente.
No nos satisface del todo la superficie de las cosas, su desnudez casi ofensiva, y entonces la cubrimos con los velos de nuestras obsesiones, con los ropajes a menudo espesos de nuestras expectativas, hasta volverlas, sólo por ese proceso de recubrimiento, en algo deseable y misterioso, en una realidad vestida.

jueves, noviembre 27, 2003

Un obra que enviamos a la imprenta puede parecer a los demás redonda y acabada ya que se la juzga con la misma distancia con la que juzgamos la vida de los muertos. Pero para uno mismo esa obra, como la propia vida antes del retoque de la muerte, era algo imperfecto, vacilante, un lugar donde todavía reinaba la promesa.

lunes, noviembre 24, 2003

Mostrarse tolerante frente a la exasperación de los otros suele ser, extrañamente, su mayor acicate.
Una dolencia lo suficientemente insistente como para vivir vigilados por ella, y lo suficientemente imprecisa como para eludir el riesgo de cura.

viernes, noviembre 21, 2003

La historia universal del deprecio cabe en un solo gesto de mujer.

lunes, noviembre 17, 2003

Tal vez todavía las cosas brillan con luz propia debajo de las capas de polvo de nuestras supersticiones.
La apertura de la boca durante el bostezo, su inhalación desmesurada, parece pedirle al mundo un poco más de brío.

miércoles, noviembre 12, 2003

Dejar una vieja idea podrirse en el centro de la cabeza y entonces confiar en la vitalidad de los gusanos.
En la entraña de un juguete hurgamos por primera vez en lo prohibido.

lunes, noviembre 10, 2003

sábado, noviembre 08, 2003

El cielo estrellado bien podría ser el boceto de algo que está por suceder.

jueves, noviembre 06, 2003

El aplauso tiene la extraña virtud de volver inofensivas las cosas que toca por segunda o tercera vez.
El goce apunta en todo momento a su aniquilación, es decir, al exceso.

lunes, noviembre 03, 2003

La estética del frenesí ha terminado por hacer del tiempo libre una obligación engorrosa.
También el canto de los pájaros es más bello cuando no persigue ni se propone nada.